📖✂️ Muchos agarran un libro y, como no les gusta algo, empiezan a recortar escenas, inventar excusas, proponer ships, cambiar finales, o incluso hacerle un fanfiction. Eso puede ser entretenido en una novela… pero no refleja la obra original.
Con la Biblia pasa igual:
- Algunos reinterpretan para suavizar lo incómodo o les resulta inviable.
- Otros inventan “finales alternativos”.
- Otros recortan lo que no les gusta porque sí o agregan lo que nunca estuvo para que se acomode a su modo de pensar.
- Otros leen con unos muy malos lentes de lector, que en vez de ayudar a leer vuelven imposible el leer.
El problema es que acá no hablamos de ficción, sino de la Palabra inspirada por Dios‼️
Cuando le hacemos “fanfiction”, lo que terminamos leyendo ya no es la Biblia, sino nuestra propia versión inventada.
Necesita ser recibida, creída y obedecida.
Es la palabra de Dios y es poderosa útil para instruir, redargüir, exhortar y para conocer más al Señor Jesucristo, el Verbo que se encarnó, vino y caminó entre nosotros, que hoy está a la diestra del Padre y está reinando. Y volverá.
Estas son herramientas que nos ayudan a ser fieles a la Palabra:
- Leer el texto completo, sin recortes. De ser posible, de una sentada.
- Prestar atención al contexto histórico y cultural.
- Aceptar la corrección cuando nos incomoda. Ver cómo lo ve otro, con otros lentes.
- Valorar el trabajo serio de traducción, crítica textual y filología.
- Reconocer el género literario de cada pasaje.
- Comparar con toda la Escritura: dejar que la Biblia se interprete a sí misma.
- Leer con oración y dependencia del Espíritu Santo.
- Buscar la intención del autor humano en su tiempo, no imponerle la nuestra.
- Discernir cómo se aplica hoy, distinguiendo lo eterno de lo cultural.
- Leer en comunidad, escuchando a la iglesia de ayer y de hoy.
Bendiciones